Silencio

Como una daga que atravesó mi pecho
Aquel dolor invadió mi alma,
No fue tu risa sino tu silencio,
Lo que apago de mi corazón la llama.

Ya no existe la ilusión en mi vida,
No está la felicidad que encendía la flama.
Solo están los recuerdos tristes de aquel día
Cuando descubrí lo que en verdad deseabas.

Demostré mil veces que te quería, y
si bien de ti nunca esperaba nada
Me ilusione con sentir tus caricias
Aunque para ti fueran vacías y vagas.

No fue culpa mía que te fueras,
No fue culpa mía que lo permitiera;
Solo fue el destino y mi amigo el tiempo
Los que enseñaron lo que escondía tu alma.

Descubrí en ella lo que no halle en tu mirada
Ella dijo todo lo que no decían tus palabras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Con el pie derecho

Cristal

Así fué