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Rostros color vino tinto.

Emigrar es un tema tan controversial por sus pro y sus contras que no ha dejado por fuera a ningún mortal que haya vivido esa experiencia.  Hablar del exilio venezolano tiene una particularidad que radica en la actitud del emigrante frente a la adversidad, frente al reto de "echarle bolas" pues para nadie es un secreto que la jovialidad  del venezolano no tiene comparación. El venezolano es una mezcla de razas, de allí su belleza y su carisma; es que sí, el venezolano es agraciado en su físico porque reúne al aborigen, al negro y al europeo en todo su ser; pero ninguno se parece al otro, aun siendo del mismo país o de la misma región el venezolano es distinto y mas aún por las calles de cualquier lugar de esa hermosa nación que es Venezuela, donde nadie puede compararse con otro pero todos se reconocen. Dentro de Venezuela, está el maracucho, el gocho, el guaro, el caraqueño y un sin fin de adjetivos y gentilicios que se emplean para identificar al otro dentro del país; pero

Reflexiones de café

Lima, Algún día de diciembre de 2019. Pienso, pienso mucho y todos los días; mil y un realidades futuras hacen bulla en mi cabeza. Intento calmarme, respiro y poco a poco las imágenes se van desvaneciendo. Vivir el presente es una proeza y es que parece casi imposible centrarse en el aquí y el ahora últimamente. Me siento sola en una ciudad tan grande, la gente va y viene en su quehacer todos los días pero no se fija en la esencia y es triste ver como lo externo sobrepasa al espíritu y así de la nada nos vamos convirtiendo en seres vacíos. Entonces concluyo que esas mil y un realidades que invento es porque no acepto y no quiero vivir en la realidad presente; evado, me confundo, me frustro al saber que tengo la capacidad de cambiar todo esto pero, no lo hago; no es falta de coraje, no es falta de herramientas, es cuestión de estar...aquí y ahora presente.  Lima, un sábado de Enero de 2019. Pasar la raya y resignarse, ir en contra de lo que te hace feliz o de algo que te genera satisfac

Agradece

Agradece aun sintiéndote abatido, aunque la tormenta no acabe aunque nada salga como planeabas; a pesar del llanto y la pérdida de lo que amabas. Cierra tus ojos, respira profundo y continua; pues ningún mal momento pasa sin dejar algo positivo.

Divagando

"No es que anduviese feliz y sonriente sino que no podía mantener los labios cerrados" Esa fue mi historia hasta pasados los veinticinco años cuando por fin decidí usar frenillos, tenía los colmillos salidos, bueno en realidad solo uno y la verdad era mas que desagradable, un encanto muy pero muy incomodo pues para aquella época empezaba a andar mas seria de lo normal y cerrar la boca en presencia de otros era un desafío ya que mi labio superior se quedaba pegado justo sobre esa peculiar e irreverente pieza dental. "Las maquinas y los sistemas pueden servir de ayuda pero jamás reemplazar a las personas" Confirmado, mientras escribo veo como una maquina me facilita el trabajo mas tedioso, pero las acciones complejas que requieren razonar ese trabajo sucio aún le corresponde al ser humano (nota mental, escribir los autores de las citas en los párrafos que extraigo de algún lado por ahí) pensar y decidir que hacer.  Esto no es mas que una prueba de que damos vueltas en

Ha regresado

Llevaba días en donde a pesar de las circunstancias actuales, me sentía bien; no era difícil pensar en que todo iba a acabar pronto y mantener la esperanza era sencillo y el "estar aquí y ahora" parecía una sensación agradable. Dormir uno de los mejores placeres y despertar con el cuerpo tan liviano como una hoja en el aire era el indicio de un gran día. Pero no hace mucho, regresó. Supe que estaba aquí conmigo cuando la música se hizo ruido, las voces un fastidio y las personas no son mas que seres que provocan asco y desprecio; el "aquí y ahora" del principio son horas eternas de tortura donde la cabeza da giros y giros sin llegar a ninguna conclusión ni solución coherente mas que mandar todo al carajo y huir del mundo como lo hacen los mas cobardes. Volvió y se trajo las nauseas, dolores de cabeza e incluso las manos dormidas a mitad de las noches que se han vuelto un infierno, no se le olvidó el insomnio ni la pesadez del día siguiente cuando la batalla entre le

¿Y ahora qué?

A simple vista puede parecer que uno se adapta,aunque a veces cuesta.   Cuesta mirar al cielo y darte cuenta de que no es el mismo; despertar en las mañanas en una habitación fría y sin nada que te pertenezca, aún no se vuelve costumbre pero pasa desapercibido entre el quehacer del día el cual parece nunca acabar. Las llamadas de tu madre, que en otros tiempos parecían algo corriente o hasta tedioso, hoy son lo mas esperado y valioso en el mundo; siempre sobran motivos para llorar, pero basta con recordar que no será para siempre, confiar en que el amor sigue allí: el amor a la patria,a los tuyos, a tus cosas... a lo que eras.  Eso que llaman apego tiene fama de ser perjudicial pero ¿acaso no son esos detalles los que nos hacen ser quienes somos? Estamos hechos de historias como dijo Galeano y sí las dejamos al olvido, no seremos nada. Hay un instante, en donde te detienes ante ese ir y venir de nostalgias, para decidir qué hacer y seguir adelante, aceptar la nueva vida que tienes, gua

El dulce está al fondo

 Esta mañana me levanté pensativa, mas de lo normal, algunas cosas de las que pienso son vagas pero otras me llevan a la reflexión; preparo mi café, sin cafeína por aquello de la ansiedad, agrego a la taza agua y un poco de azúcar que tampoco es bueno pero ya hay muchos tragos amargos en el día a día como para incluir también al café... mi preciado café. Tomé un sorbo, estaba caliente, me agrada porque siento que me despierta y sí, olvide revolver el azúcar se fue al fondo y no tenia cucharita. Fue entonces cuando me di cuenta de que así es la vida, con el dulce al fondo; bebí un trago y otro amargo e iba moviendo batiendo la taza para que el dulce fuese saliendo hasta que al final el buen sabor se pudo disfrutar. La vida es ésta taza llena de café y hay que batirla, moverse para disfrutar del dulce sabor de los momentos, de las experiencias, de los amigos, de la existencia, de tu ser.  ¿Ya revolviste tu café?

Ya vengo

No, no era lo mismo, aquello con lo que crecí, con quienes conviví y hasta mí rutina diaria se había desvanecido en lo que el mundo describe como una desgracia; había que reconocerlo, aunque mantenía la esperanza en que Venezuela mejoraría, la realidad me tocó el hombro y sentí el escalofrío recorrer mí espalda ante la posibilidad de tener que abandonarlo todo y empezar de nuevo más allá de mis fronteras por mi bien y el de mi familia. Ya era típico de mis amigos en sus escasos momentos libres conversar conmigo y hacer la incómoda pregunta: ¿Cuándo sales? Pero por mucho que ensordecía esa cuestión en todo mi ser, la respuesta siempre era la misma: -Es mi país y aquí me quedo luchando- como queriendo darme ánimos sola para seguir evadiendo la situación. Acto seguido, un sinfín de razones explicando porqué dejar Venezuela es lo mejor que se puede hacer en estos momentos según ellos. - Será temporal, puedes regresar cuando todo mejore. Es rudo afuera, pero te acostumbras; h