Divagando


"No es que anduviese feliz y sonriente sino que no podía mantener los labios cerrados"
Esa fue mi historia hasta pasados los veinticinco años cuando por fin decidí usar frenillos, tenía los colmillos salidos, bueno en realidad solo uno y la verdad era mas que desagradable, un encanto muy pero muy incomodo pues para aquella época empezaba a andar mas seria de lo normal y cerrar la boca en presencia de otros era un desafío ya que mi labio superior se quedaba pegado justo sobre esa peculiar e irreverente pieza dental.

"Las maquinas y los sistemas pueden servir de ayuda pero jamás reemplazar a las personas"
Confirmado, mientras escribo veo como una maquina me facilita el trabajo mas tedioso, pero las acciones complejas que requieren razonar ese trabajo sucio aún le corresponde al ser humano (nota mental, escribir los autores de las citas en los párrafos que extraigo de algún lado por ahí) pensar y decidir que hacer. 

Esto no es mas que una prueba de que damos vueltas en nuestra cabeza de un lado a otro como una hoja que lleva el viento sin rumbo fijo por los caminos del inmenso mundo; ese mundo parecido a nuestros pensamientos, nuestros recuerdos, llenos de palabras, de imágenes, sonidos y sensaciones que aún no sabemos controlar.

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