Reflexiones de café

Lima, Algún día de diciembre de 2019.



Pienso, pienso mucho y todos los días; mil y un realidades futuras hacen bulla en mi cabeza. Intento calmarme, respiro y poco a poco las imágenes se van desvaneciendo. Vivir el presente es una proeza y es que parece casi imposible centrarse en el aquí y el ahora últimamente.
Me siento sola en una ciudad tan grande, la gente va y viene en su quehacer todos los días pero no se fija en la esencia y es triste ver como lo externo sobrepasa al espíritu y así de la nada nos vamos convirtiendo en seres vacíos.
Entonces concluyo que esas mil y un realidades que invento es porque no acepto y no quiero vivir en la realidad presente; evado, me confundo, me frustro al saber que tengo la capacidad de cambiar todo esto pero, no lo hago; no es falta de coraje, no es falta de herramientas, es cuestión de estar...aquí y ahora presente. 


Lima, un sábado de Enero de 2019.

Pasar la raya y resignarse, ir en contra de lo que te hace feliz o de algo que te genera satisfacción por "respeto a otros" no es bueno.
 No hay nada de malo mientras no les afectes su integridad. Ser irreverente no es una excusa para atentar hacia el otro pero ser solo "paz y amor" cuando en realidad lo que quieres es gritar y bailar es ser hipócrita con uno mismo.
"No se trata solo de afirmar nuestros derechos individuales o hacer lo que nos place, así no estamos actuando como personas de sociedad" Es un corto texto que extraje de una revista hace un buen tiempo y me quedó por ahí, pero supongo que todo tiene un limite, ese en el cual yo actúo y dejo que los demás lo hagan también. 
Porque después de todo ¿los sueños de cada uno donde quedan?

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