Carta sin remitente a un destinatario desconocido.

 No, no se tiene control sobre el tiempo, pero puedes pensar en cada momento que viviste a su lado, cada segundo que le viste a los ojos y sonreíste.
Es impresionante que el simple hecho de recordar, ya te hace revivir sensaciones, así como aquellas que tenías cuando le escuchabas o leías un mensaje suyo en las mañanas.
Siempre es bonito pensar en idilios porque alegran toda la vida y aunque el tiempo nunca se detiene, la memoria jamás descarta instantes maravillosos.
Quizá resulta inevitable que a veces se inunden los ojos de lágrimas pero te aseguro que no es melancolía sino ternura...por eso a donde sea que estés recuerda siempre:
"Fue un lindo día en el parque"

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